Es implacable. Tiene los reflejos de una mangosta. Su sangre
fría le da para tirar diez penaltis a lo Panenka. Estas son sólo algunas de las
virtudes que reúne un grupo al que ,poco a poco, empiezo a ver como el
Moisés que guiará a España a través del mar embravecido de la crisis.
Me refiero a la junta directiva del Museo de Cera de Madrid que se
está descubriendo como un Winston Churchill del siglo XXI. No le tiembla
el pulso a la hora de tomar decisiones polémicas porque sabe que acabarán
beneficiando al país.
Este grupo de hombres y mujeres anónimos demostró su
criterio estético cuando sacó de la exposición la figura de Jaime de
Marichalar . Ahora, en una muestra de fuerza y seguridad , ha condenado al
exilio a la reproducción de Isabel Pantoja tan sólo unas horas después de que
fuese condenada a dos años de cárcel por blanqueo de capitales.
Reflexionemos un poco sobre esta decisión. La tonadillera tiene 40
discos de platino y sus clubs de fans se extienden por todo el planeta.
Aquellos que son capaces de bajar del monte Olimpo a una artista de este
calibre, no tienen miedo a las negociaciones a cara de perro en el Consejo
Europeo. Tras agraviar a millones de seguidores de la cantante, se atreven con
todo. Enfrentarse a Angela Merkel para exigir un cambio en las
políticas de austeridad supone para ellos, un juego de niños.
Mientras llega el momento de ascender al poder, el Museo de Cera
de Madrid se consolida como la mejor y más actualizada radiografía de
España. Si un corresponsal recién llegado quiere saber quién es quién en
nuestro país, sólo tiene que darse un paseo por sus salas. Olvídense de las
listas que pueda publicar Forbes en su edición española. Tampoco
diseccionen el Hola que, si bien resulta útil, se centra
exclusivamente en lo social. Si eres alguien, estás en el Museo. Si
caes en desgracia, a la calle bajo lluvia de flashes y sin desmayo de por
medio.